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HONDURAS

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El paraíso de Roatán

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Desde Isla de Flores (Guatemala) tomé un autobús hasta San Pedro Sula, escala obligada para poder llegar a mi destino final que era Roatán. Estuve en total 2 días en San Pedro Sula, durante los cuales caminé por el centro y por la zona más segura (al menos es lo que me decían), la parte más moderna de la ciudad. Ciertamente la ciudad no es la capital del turismo en Centroamérica, sin embargo tampoco luce tan peligrosa como la pintan muchas veces.

 

Mi experiencia aquí fue buena, recorriendo las calles en búsqueda de lugares aire acondicionado (el calor aquí es tremendo, al menos en primavera)

Hay que pasar por La Ceiba para tomar el ferry hasta Roatán

La sinfonía del vomito

 

Tengo que dedicarle unas palabras al trayecto hasta Roatán, ya verán por qué. En el ferry de ida tuve una experiencia inolvidable, no solo yo sino que me atrevo a asegurar que casi todos los pasajeros. No sé si sea común o nuestra experiencia haya sido única, pero el trayecto demoró el doble de lo habitual debido a lo picado del mar.

El problema fue el excesivo movimiento que provocó que al menos 25 personas distintas vomitaran (los conté), muchos de ellos en varias ocasiones.

 

Me faltan palabras para describir el olor y sentimiento de estar en esa cabina cerrada, con las personas elegantemente arregladas, adornadas por vomito en sus ropas. Yo resistí estoicamente la náusea hasta el final, pero estoy seguro que si hubiera durado 20 minutos más ese viaje hubiera cantado Oaxaca a mas no poder.

 

Roatán es una isla paradisiaca, de esas de anuncio de revista, bahía de agua cristalina con pescadores. Sin embargo la isla tiene dos caras muy distintas: la turística con bellos hoteles boutique, restaurantes y bares donde casi la mayoría de las personas son turistas de cruceros; y el pueblo, alejado de la costa, donde se puede observar a los locales caminando entre aguas negras y basura.

 

Si tienen oportunidad de ir vayan, no se arrepentirán. Si tienen dinero para gastar les recomendaría el buceo que por lo que decían era espectacular. Sino hagan lo que yo, caminen por las carreteras, entre la gente, por la playa, que el paisaje lo vale.

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